miércoles, 18 de junio de 2014

Los Baños de Neptuno de la playa de Villajoyosa

     En las fotografías y postales de los años 60 y 70 del pasado siglo, su imagen era obligada ya que fue un símbolo de la playa de La Vila.
     Pocas personas saben cómo y porqué se construyó ese edificio de madera sobre el mar y aunque en este artículo no se cuenta toda la historia de la emblemática construcción, si que aporta datos de interés.

     En la Gaceta de Madrid (el entonces Boletín Oficial del Estado) del día 11 de octubre de 1915, se publicó la autorización por parte de la Dirección General de Obras Públicas del Ministerio de Fomento para la instalación de un balneario en el sitio denominado Punta Almellés de la playa de Villajoyosa.
     La autorización se concedió a D. Andrés Martínez Segarra en vista de la favorable información por parte del Ayuntamiento, del comandante militar de marina, de la Jefatura de Obras Públicas, del Gobernador Civil de la provincia y de los ministerios de Guerra y Marina y considerando que la petición no causaba perjuicio a los intereses públicos ni a los particulares.
     Esta autorización se basó en unos puntos entre los cuales estaban:
     - El replanteo de las obras correría a cargo del ingeniero jefe de la provincia o en quién él delegara.
      - La construcción sería vigilada por la Jefatura de Obras Pública o ingeniero delegado.
      - Las obras deberían quedar terminadas en seis meses a partir de la aprobación del replanteo.
      - El peticionario debería depositar como fianza el 1% del presupuesto de las obras.
    - El concesionario quedaba obligado a dotar al establecimiento de los artefactos de salvamento como cabos, botes, salvavidas, etc. que a juicio de la Autoridad de Marina se considerasen necesarios para evitar peligros a los bañistas.
      - Todos los años y con la debida anticipación, el concesionario daría conocimiento a la Autoridad de Marina de la fecha de apertura, a fin de revisar los efectos de salvamento.
      - La autorización se entendía sin perjuicio de tercero, por un plazo de 20 años y a título precario, quedando el concesionario obligado a hacer desaparecer el balneario en el plazo que se señalare si el espacio ocupado fuese necesario para otra obra de interés general, sin derecho a indemnización alguna.

      Adjunto las páginas de la Gaceta de Madrid en las que se publicó la autorización, así como algunas fotografías del emblemático edificio que durante unos 60 o 70 años simbolizó a la playa de Villajoyosa.





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