martes, 25 de noviembre de 2014

La mezquita árabe del Torres en Villajoyosa

Otro de los grandes hallazgos realizados en la zona rural de l'Almiserá junto al rio Torres, fue la exhumación de uno de los pocos ejemplos que se dispone de mezquita rural en el levante peninsular.
Su emplazamiento se encuentra en una pequeña elevación natural, en un punto aproximadamente intermedio entre las tres alquerías identificadas dentro de la Partida de l'Almisserà y muy próximo también al cauce del Río Torres. No se puede asegurar si nos encontramos o no ante una mezquita aljama, pero por su situación, dimensiones y tipología hacen viable tal posibilidad. 


Se trata de un espacio de culto, a la vez religioso y funerario, puesto que entorno a sus límites primero, y con posterioridad dentro del propio recinto, se levantó un pequeño cementerio islámico (maqbara). Su estado de conservación es bastante desigual, pues mientras que en algunas zonas se mantienen potencias relativamente considerables de los alzados de los muros, la que corresponde precisamente al muro de la quibla presenta un lamentable grado de destrucción, al igual que en buena parte del interior, tal vez fruto de actividades agrícolas. 


En la mezquita se pueden distinguir, resumidamente, hasta tres fases de evolución: una primera fase, que se inicia en su momento fundacional, estimada en torno al el siglo XI en base a criterios tipológicos de algunos elementos constructivos. Una segunda fase, en la cual la mezquita sufre una remodelación de su espacio interior (perdiendo tal vez su función de centro religioso) para convertirse en espacio funerario, algo que se ha comprobado en algunas estancias de la Alhambra (Torres Valvás, 1976); esta etapa se cerraría con el abandono definitivo del lugar, fechado hacia el siglo XIII a partir de los repertorios cerámicos de clara adscripción cultural almohade. Una tercera fase con niveles de destrucción de época reciente, tal vez con el objetivo de acondicionar el terreno para posibles actividades agrícolas.
 A pesar de los inconvenientes se puede contemplar sin dificultades su estructuración interna con un recinto aproximadamente cuadrangular de 12 metros de lado aproximadamente, con el muro de la quibla perfectamente orientado hacia la Meca en el que se abre el mihrab, un pequeño nicho de planta rectangular.


El cuerpo principal estaría cubierto y dividido por tres naves perpendiculares a la quibla, delimitadas por arcadas y sustentadas por columnas, siendo la nave central más ancha que las demás (en una proporción de tres a uno), con la intención de indicar la dirección del mihrab. Así mismo, la sala hipóstila se subdivide en dos espacios idénticos por un muro que corre paralelo al muro de la quibla.
El acceso se efectuaría por el lado meridional, a través de una puerta, algo descentrada y de doble hoja, como se deduce de las marcas de los goznes conservadas en el umbral de piedra. Además se pueden distinguir dos ambientes más adosados al muro que cierra el cuerpo principal por su lado occidental, que presentan un alto grado de arrasamiento. Uno de los departamentos es de planta cuadrada y tal vez podría tratarse de la cimentación de un pequeño alminar, desde donde el almuédano convocaría a la comunidad para la oración. 


Por otra parte, existe otro departamento de planta rectangular y sin comunicación directa con el interior de la sala hipóstila, cabría la posibilidad de identificarse con un patio descubierto o sahn, en donde normalmente se localiza la fuente de abluciones.
En cuanto a las técnicas constructivas, los muros constan de un zócalo de mampostería de doble careado trabado con barro, cimentado directamente sobre nivel estéril, y con un espesor que oscila entre los 0'45 y 0'50 metros; sobre él se levantaría un alzado de tapial de barro y por último, y sólo en aquellos que delimitan la sala hipóstila, se revisten con un enlucido de mortero y lechada de cal, un tratamiento que también se hace patente en los escasos restos de mihrab que han llegado hasta nosotros, en las arcadas (tal como se observa en los tres arranques de arco conservados) y en los pedestales que sustentarían las columnas, o al menos así ocurre con el único conservado in situ.


 El umbral de la puerta se realiza sobre un gran sillar de piedra, material escogido así mismo para la ejecución de las columnas, de las cuales contamos con tres basamentos muy sencillos, aunque localizados fuera de contexto.



Fuente: 
L'ALMISSERÀ: TERRITORIO CASTRAL Y ESPACIO RURAL EN ÉPOCA ISLÁMICA. José Ramón García Gandía (Museu de Finestrat)

viernes, 21 de noviembre de 2014

Los poblados árabes del Torres en Villajoyosa. Tercera parte



ALFARELLA

La Alfarella es el último de los asentamientos de hábitat estudiados y corresponde a una alquería. A diferencia del Tossal de l'Almisserà y Foietes de d'Alt, se ubica en el llano y en la margen izquierda del río Torres, a los pies del Tossal del Molinet.
Carece de estructuras defensivas y, dada la proximidad física y la coincidencia no sólo cronológica sino también a nivel de registros materiales y planteamientos constructivos, no se descarta la posibilidad de que se tratara en realidad de una prolongación del núcleo del Tossal de l'Almisserà, cuyos límites se extenderían bajo este supuesto a ambos lados del río. 


Muy poco se puede decir en lo referente al urbanismo, pues las estructuras se encuentran muy alteradas después de años de intensa actividad agrícola en buena parte de su superficie. Sin embargo, aún se han conservado los restos de cuatro casas, en mayor o menor medida, datadas por paralelos cerámicos en un momento avanzado del siglo XII o principios del XIII.
En cuanto a la configuración interna y articulación de los diferentes ambientes necesariamente se mueven tan sólo en el ámbito de las conjeturas. Se pueden apreciar, aunque con dificultad, todavía los límites de tres casas de planta con tendencia cuadrangular y separadas por estrechos espacios perpendiculares que, en base a sus dimensiones y a la falta de compartimentación interna, se han identificado como calles o espacios de circulación. 


Estas calles debieron abarcar un uso múltiple y no limitarse a ser simples zonas de paso, pues se han documentado estructuras que reflejan otro tipo de actividades como son los silos y los hogares.
La distribución de los espacios domésticos no difiere del esquema ya habitual basado en un patio central descubierto, de tendencia cuadrangular, desde el cual se accede al resto de los departamentos. Otro de los aspectos a tener en cuenta es el tratamiento especial que reciben algunos departamentos "principales", al igual que en el Tossal de l'Almisserà, con pavimentos de mortero y paredes enlucidas con mortero y lechada de cal.


 Por lo que respecta a los sistemas de construcción, los aparejos siguen también la norma general, cuentan con zócalo de mampostería de doble careado trabado con barro y un espesor que no sobrepasa los 0'70 metros, con probable alzado de tapial del cual no hemos hallado testimonio. Se ha documentado además la presencia durante las tareas de excavación de algunos restos de teja curva, que sin duda formarían parte de las cubiertas de las casas.
      También aquí la cerámica es muy abundante y, como se indica anteriormente, de características muy similares a los registros del Tossal de l'Almisserà, si bien en este caso, en su práctica totalidad, se adscribe exclusivamente a un horizonte cronológico en torno a finales del siglo XII y la primera mitad del siglo XIII. 



Fuente:
L'ALMISSERÀ: TERRITORIO CASTRAL Y ESPACIO RURAL EN ÉPOCA ISLÁMICA. José Ramón García Gandía (Museu de Finestrat)