lunes, 31 de octubre de 2016

"Conociendo los pueblos de La Marina Baja". Altea la Vieja




Es una pedanía del municipio de Altea. Cuenta con 583 habitantes, 2.334 habitantes en total contando con las urbanizaciones que la rodean.
Jaume Antoni Martínez García en su historia de Altea la Vieja, nos dice que el núcleo de población que conocemos con el nombre de Altea la Vieja tuvo entidad propia desde la Edad Media hasta el siglo XVI. Con anterioridad, la presencia de población en el territorio comprendido entre el río Algar y la Serra Bernia tuvo hábitats importantes, pero también sufrió intermitencias, desplazamientos poblacionales e incluso vacíos demográficos.
Se han encontrado evidencias de un poblado ibérico fechado en los siglos VI y V a.C. con una necrópolis junto al camino de salida hacia la sierra. Existen algunos asentamientos rurales del tiempo de la romanización.
Durante la época musulmana, el núcleo de población más importante fue la alquería de Altaya, la cual con la dominación cristiana convirtió su nombre en "Altea". Parte del antiguo territorio de la Taifa de Denia (incluyendo Altaya- Altea) quedó bajo el control de Al-Azraq, quien fue el que se sometió al vasallaje de Jaime I.
Con la conquista cristiana, el topónimo Altaya pasó a ser "Altea", nombre que recibe la alquería o aldea que había entonces en la actual población de Altea la Vieja. La importancia de Altea fue tal, que recibió de Pedro III "El Grande" una Carta Puebla, en el año 1279.
Posteriormente su importancia iría declinando, hasta acabar desierta y hecha escombros, pero esta situación no se dio antes del siglo XVI.
Su señor feudal, Roger de Llúria, recibió en 1317 licencia para poder embarcar o desembarcar mercancías en playas o cargadores situados en sus feudos, entre los que se encontraba Altea, siendo en la playa de l'Olla donde se ubicó un puerto o fondeadero.
El Libro del Reparto (Llibre del repartiment), recoge donaciones de tierras en la Altea de la época a Bernat d'Espígol y a treinta y nueve compañeros suyos. Estos cuarenta cristianos serían un pequeño caballero y sus peones de guerra, almogávares que deberían defender y controlar el territorio evitando las insurrecciones.
En 1524 solo quedaban 8 habitantes, todos ellos musulmanes, y en el año 1527 Altea quedó despoblada. Las casas de Altea estaban deshabitadas, las calles desiertas y las tierras incultas. Unos años después, otras personas acudieron a rehacer sus vidas en la otra orilla del río, más al sur. El señor territorial les dio "tota clase de facilitats" para que sus tierras le produjeran beneficios y les construyó un nuevo pueblo sobre los escombros del otro anterior.
Pero para el nombre del pueblo prefirió utilizar el nombre de la aldea abandonada más al norte, a los pies de la Sierra Bernia, le bautizó "Altea". Las tierras de uno y otro lado se repartieron entre los nuevos habitantes, los cuales se encontraron con una aldea toda en ruinas, la vieja Altea. Este lugar, el poblado de las casas, lo denominaron Altea la Vieja.






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viernes, 28 de octubre de 2016

Conociendo los pueblos de la Marina Baja. ALTEA

La Villa actual de Altea fue fundada en 1604 por Francisco de Palafox y Próxita de Perellós ante la necesidad de protección de los moriscos que brindaba su castillo en la parte alta de un collado. Pero el nacimiento administrativo de Altea, tal como hoy la conocemos, fue un 11 de enero de 1617 cuando se ratificó la Carta Puebla que signaran los habitantes y Don Jaume de Palafox, señor de la baronía, para poblar la nueva villa. Por lo tanto, la Altea como hoy la conocemos no existía, ya que nada más era una alquería mora y el núcleo importante de población del cual dependía era la actual Altea la Vieja, que al quedar despoblada, el dueño del territorio recogió el nombre de Altea para la nueva población cristiana que antes era un aldea.
En 1713, Altea contaba con 1000 habitantes y a partir de 1842 su población empezó a crecer, pero entre el 1910 y 1920 sufrió un descenso demográfico del 14,50%, volviendo a recuperar esa población en el transcurso de 12 años, a partir de aquí, su crecimiento ha sido continuado hasta las 24.333 personas que en 2013 tenía censadas, siendo un 34,60% de ellas de nacionalidad extranjera.
En 1705 desembarcó en la bahía de Altea la escuadra anglo holandesa que apoyaba al Archiduque Carlos de Austria, encabezada por el general valenciano Joan Bautista Basset, en el marco de la guerra de Sucesión, lo que favoreció la toma posterior por los austrocistas de Denia y de Valencia. Este hecho hizo que el Archiduque Carlos de Austria, otorgara el coronamiento del águila bicéfala del escudo de la villa, en señal de gratitud.
En la actualidad es un pueblo con mucho encanto con sus antiguas calles empedradas y sus balconadas mirando el azul del Mediterráneo y sobre todo para disfrutar de un buen atardecer que convierte ese mar en un mar de plata.



Calle San Vicente de Altea en 1962. Foto olor- Zerkowitz impresa por Casamajó.



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