lunes, 15 de octubre de 2018

Calle Fabiola de La Ermita - Villajoyosa -

Artículo publicado en el Libro de Fiestas de Sant Miquel
L'Ermita 2018

Tres son las principales calles que hay en La Ermita, la de Doña Rosa Grau, el Carreret y la calle Fabiola.
La más espaciosa y la que desde siempre ha sido la principal entrada al barrio, es la de Doña Rosa Grau.
Si La Ermita ha tenido un lugar emblemático, este ha sido, sin duda, el Carreret. Actualmente semi abandonado y antaño lleno de vida, con sus ya desaparecidas casas habitadas por particulares e inolvidables puras familias ermitañas.

                                             Árbol de Navidad plantado en La Ermita

Pero, si casi desconocidos han sido los nombres de esas calles para el resto de vileros (también para los ermitaños, salvo el Carreret), la calle Fabiola aún lo sigue siendo, incluso para algún residente actual de la misma.
Ermitaños nos sentimos los que nacimos allí y los que, en un momento dado, vinieron buscando una mejora en sus vidas, hermanándose y fundiéndose con los nativos de La Ermita. Algunas de estas familias ermitañas van ya por la tercera generación. Cuando a cualquier ermitaño, en La Vila, nos preguntan ¿de dónde eres?, sin pensarlo, orgullosamente nos sale de lo más profundo, “de La Ermita”. Incluso siendo o viviendo en cualquier partida rural de los alrededores del barrio, con arrogancia decimos, “de La Ermita”.

                                                       Calle Fabiola de la Ermita

La calle Fabiola, siempre cargada de movimiento, de energía, de aliento, de vida. Posiblemente y desde siempre, con todas o casi todas sus casas habitadas.
La calle de Joanet “El Pachell”. Distante apenas 20 metros de la casa de mi abuela. ¡Cuántos recuerdos!
Mi mente me traslada a los años 60 del pasado siglo. Cincuenta años atrás. Recuerdo a las personas que vivían en la calle Fabiola, aunque el nombre de algunas se me resiste y también el lugar exacto donde residían.
La calle comienza a formarse entre las esquinas de las casas del ti Chimo y del ti Tomás “el Llebre”. Nada más entrar en ella estaba la cuadra donde el mismo ti Chimo encerraba su burra.
Mi memoria se pierde recordando al ti Kiko “el de les cabres” y la tía Pepa. A María “de Orcheta” y sus tres hijos, Vicent, Geroni y María. A Michor y Pepa “la Morena” y su hijo Francisco Iborra. A Gostí Masiá, su mujer Malena y sus tres hijos, Michor, Jaume y Gostinet. Al ti Toni “el de les llums” y a su mujer, la tía Francisca. A Toni Domenech, su mujer Àngela “Tanina” y sus tres hijos, Pepe, Tomás y Toni.

                                        Interior de la calle Fabiola de La Ermita

Posteriormente, aunque sin salirnos de esos años 60, se fueron integrando otras personas, que también formaron e incluso siguen formando parte de la historia de la calle Fabiola de La Ermita.
Los hermanos Cristóbal y Paco Fernández, junto a sus padres. Diego Vera “el del barracón”, con su mujer Juana y sus tres hijos, Alfonso, Juanita y la hermana mayor cuyo nombre he olvidado. Joaquín Salas “El Paloma”, su esposa y toda su numerosa prole (algunos continúan viviendo allí). El hermano del “Paloma”, Gerónimo Salas “Geromo” con su esposa y su también nutrida progenie. Emilio “el gitano” y toda su familia. Etc. Etc.

                                                              Barrio de La Ermita

¡Calle Fabiola! Muchos de los ermitaños y ermitañas nombrados, que corretearon arriba y abajo por tu entonces pedregoso y polvoriento suelo, ya no están entre nosotros. Los años pasan rápidamente, incluso para ti, pero los humanos acusamos peor que tú el paso del tiempo. Has visto nacer, vivir y morir a muchos ermitaños, pero todos, sin excepción, han nacido, vivido y fallecido con el orgullo de ser de La Ermita.



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